domingo, 16 de noviembre de 2008

Saliendo de Lima

En Lima no hay un único terminal central de buses, cada compañía tiene el suyo y por estos días navideños son un desatre total! todo el mundo anda alborotado por irse a su ciudad, salen más buses de los que usualmente salen y la gente lleva más maletas de las que usualmente lleva. Todo lo desmesurado que se imaginen que puede llegar a ser un equipaje se ve materializado aquí. Bultos, camas, arbolitos de navidad ¡parece que viajaran con la casa a cuestas!

Media hora antes de subirse al bus hay que ir a despachar el equipaje. Ahí estaba yo en el medio del caos haciendo la fila para entregar mi maleta mientras me entretenía viendo a un chico backpacker super aventurero con su tabla de surf y su pica de esas que usan para caminar por las montañas nevadas. Estaba bastante bonito él, entonces me puse a pensar que él iba solo y yo iba sola y que seguramente ese iba a ser el día en que mi suerte cambiaría y después de 27 años de bastante viajar en aviones y buses por fin me iba a tocar compartir puesto con alguien churro! Todo esto estaba pensando cuando el señor que iba detrás mío empezó a empujarme con todos sus bultos, me volteo y le digo

-Señor aquí estoy yo, por favor no me empuje.

-Niña no ve que esta es la fila para los bultos y no para subirse al bus? vaya a subirse al bus.

Dijo demeritando mi morralito de viaje que debía ver insignificante al lado de sus mil paquetes.

- Sí, yo sé.

Y me quedé parada haciendo fuerza para aguantar los siguientes empujones del señor que no se quedó tranquilo y cuando llegó mi turno de pasar mi maleta intentó colarse.

-Señor voy yo! permiso!

y lo empujé. Ya toda mi paciencia me había abandonado. Dejé mi morral, me subí al bus y traté de tranquilizarme mientras esperaba a mi chico backpacker.

Toda la gente se empezó a subir pero de él ni rastros, no se subía, podía estar ya sentado en el piso de abajo, yo estaba en el segundo, pero por otro lado yo seguía sin compañero de puesto así que todavía quedaban esperanzas. Se subió más gente y nada, el bus ya estaba a punto de salir y yo seguía sin compañero de puesto, pensé que estaba bien sino se subía mi chico por lo menos iba a ir sola y me podía estirar durante las veinte horas de viaje que tenía por delante. Ya estaba empezando a apropiarme de los dos lugares cuando veo subirse al señor de la discusión, se empieza a acercar buscando su puesto, se acerca más...

-no me puede pasar esto! no por favor!

Se para a mi lado

- Es este su puesto?

- Si niña, no me va a botar no?

Lo único que me quedó por hacer fue reirme... Demasiado absurda toda la situación! Mucha mala suerte!


diciembre 27 de 2006

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