domingo, 16 de noviembre de 2008

más de buses

Ayer en el bus yendo para el centro conocí a una señora absolutamente encantadora. Me senté a su lado y de la nada comenzó a hablarme, de los buses, de lo que sonaba en la radio, de repente ya me estaba contando retazos múltiples de toda su vida ¡que vida! Nació en Girardot, un pueblo, ahora con aspiraciones de ciudad, que queda más o menos a dos horas y media de Bogotá. La mamá era partera. Una vez cuando su mamá salió corriendo ante un llamado laboral, como siempre de urgencia, ella se fue detrás sin que la viera, esperó que entrara a la casa, agarró una escalera y se subió hasta el último escalón a esperar que llegara la cigueña. En el techo había un hueco desde el cual podía ver a la señora echada en la cama doblándose del dolor y a su mamá haciendo cosas que no entendía, mientras tanto ella seguía pendiente de la cigueña que no llegaba. Así estaban las cosas cuando en medio de un grito de dolor vió como su mamá le sacaba un niño de entre las piernas a la señora, fue tanta la impresión que olvidándose que estaba en el techo de la casa intentó salir corriendo, se cayó y se rompió una pierna en tres pedazos. Desde ese día le tiene pánico a las alturas, así como le tiene pánico hasta a las bicletas desde que a los 14 años se estrelló en una motó.
Me contó también que hace ya varios años decidió con su esposo venir a la capital para buscar más y mejores oportunidades para ellos y para sus, entonces, cuatro hijos, ahora cinco. Recién llegaron a Bogotá ella estuvo cinco años trabajando en un semáforo vendiendo cigarrillos, dulces, papas, chicles, charmes... "eso era muy duro porque usted tenía que ser muy rápido cuando cambiaba a rojo para ir ofrecer vender, recibir la plata y dar las vueltas... y eso algunas personas se aprovechaban y le daban a uno billetes falsos!" Ahora ya no, "¡yo soy berraca pa los negocios y ahora trabajo con repuestos de carros y yo hago instalaciones eléctricas y de plumillas y todo!"
En una época también trabajó en las Fiestas del Turismo en Girardot vendiendo cerveza en la calle, pero ya no "hay que dejarle el trabajo a los que lo necesiten más. No hay que avariciar porque mi Dios está ahí arriba mirando todo. A mí me da mucho pesar la gente que sufre, si viera el día que sacaron a Cachirulo del Desafío (un reality show tipo Survivor) eso lloré! porque es que él iba allá con un objetivo, iba por un sueño! pero Dios quiera que ahora la gente lo ayude, porque tiene dos hijos enfermitos! Yo esta tarde voy a ver si voy al banco y le consigno en esa cuenta que dieron en televisión aunque sea 50.000 pesitos (25 dólares)."
Y me quedé pensando que yo nunca he sido tan buena, ni tan solidaria como la señora que vendía en el semáforo. También pensé que no sé si este Cachirulo se merezca la platica de la señora, y en todo caso debería ser el Gobierno el que le pagara las operaciones de sus hijos enfermos... y finalmente que que mierda de televión que mueve las sensibilidades de los más pobres y se hacen cada vez más ricos gracias a ellos.
Y después de sufrir un rato por las injusticias de este país, seguí oyendo a la señora contándome de su papá y sus amores.

marzo 22 de 2007

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